Sardegna

Esta entrada bien podría llamarse "la otra Sardegna" ya que en mi segundo viaje descubrí una isla completamente diferente. Mi primera vez allí, llevé mi moto en el ferry y recorrí la parte norte de la isla, la zona que más o menos todo el mundo visita, por estar cerca del puerto y del aeropuerto de Alghero y por ser la más conocida turísticamente. Entonces, aquella isla ya me gustó, tenía playas de arena blanca, aguas turquesas, cielo azul, era mediterránea. Pero esta vez fue diferente. Descubrí el lado más natural de la isla, zonas menos frecuentadas por turistas, más tranquilas, más salvajes.

Embarcamos nuestra furgo en el ferry Grimaldi un lunes por a noche de finales de marzo. Salíamos pasadas las 22h (la puntualidad no es una característica de estos ferrys) y llegamos a Porto Torres sobre las 10 de la mañana. Si nunca has viajado en ferry, debes saber que lo más recomendable por la noche es un camarote para aprovechar esas horas para descansar. Las butacas son más baratas, pero no son muy cómodas y hay bastante ruido, el viaje puede hacerse largo. Mi primera vez pude viajar en camarote y la segunda no, y puedo deciros que se nota la diferencia. Así que si tenéis la posibilidad, mejor camarote. Si es la primera vez que subes a uno de estos barcos, también puede sorprenderte el aparente caos que reina en el embarque y desembarque, ármate de paciencia, se entra y se sale y el barco no se va sin ti.

Nuestra idea en este viaje era dar la vuelta a la isla, así que empezamos por el noroeste, la primera parada fue la zona de Alghero.  Queríamos empezar viendo las grutas de Neptuno, ya que en mi anterior viaje me quedé con las ganas. Pero la suerte no estaba a nuestro favor, el viento soplaba fuerte y unas nubes nos amenazaban desde el cielo, llegamos a la taquilla de las grutas y la encontramos cerrada por mal tiempo.



Así que fuimos a buscar una vía ferrata  que estaba allí cerca y que nos habían recomendado, llamada Cabirol, pero la suerte seguía sin acompañarnos, la habían cerrado por motivos de seguridad. De este modo, acabamos en la ciudad fortificada de Alghero, con sus murallas y sus torreones, que nos brindó un bonito paseo al atardecer.


Como las carreteras en la isla no son precisamente autopistas, decidimos empezar a conducir hacia otro lugar, Monteleone. Nos habiamos quedado con el gusanillo de hacer una via ferrata en Sardegna y allí había una. Dormimos cerca y por la máñana nos  equipamos y a por ella.

Por la tarde fuimos en busca de otra vía ferrata El Castillo de Medusa, el sendero de aproximación empieza junto al refugio con el mismo nombre. Allí pasamos la noche y el jueves por la mañana nos dirigimos al Altiplano Giara di Tuili, donde pudimos disfrutar de una bonita y fácil excursión viendo un paisaje bastante diferente al de las fotos típicas de esta isla.




A mediodía comimos en un restaurante que encontramos de paso llamado "Il Maniero", donde pudimos degustar comida típica sarda. Cogimos fuerzas y continuamos conduciendo hasta un maravilloso lugar al sur de la isla.

Las Dunas de Piscinas, una preciosa playa con dunas de arena y piscinas naturales creadas por la marea. Lo mejor es que para llegar hay un camino bastante malo y así esta menos masificado. Dormimos en un camping cercano llamado Sciopadroxum, desde el camping se veía la playa, pero para llegar a ella habia que caminar un ratito o usar el vehiculo, nosotros decidimos caminar y llegamos justo para disfrutar de un maravilloso atardecer.



El viernes por la mañana nos dirigimos hacia Villacidro a ver una famosa cascada Sa Spendula, a la 
se puede llegar hasta el parking en coche y verla desde abajo o hacer una pequeña caminata y verla también desde arriba, os recomiendo subir, vale la pena.

La siguiente parada fue Masua/Puerto Flavia. La historia de este lugar es muy interesante, en él hay unas minas en las que se construyó un puerto expresamente para cargar los minerales y así transportarlos minimizando el coste.


Se puede hacer una visita guiada a las minas, es bastante interesante. Las vistas son preciosas, desde allí se puede ver una gran roca en el mar, llamada Pan di Zuchero, en la que hay una vía ferrata a la que solo se puede acceder en barco. Lamentablemente aquellos días la climatologia era bastante adversa y no había barcos disponibles. Ya nos estabamos acostumbrando a que se nos resistieran las vías ferratas en esta isla... Así que disfrutamos de la visita a las minas y nos fuimos a dormir junto al mar.

A la mañana siguiente ya era sábado, ¡qué rápido pasan los días cuando estás de viaje! Volvimos a conducir nuestra furgo por la costa hasta Cabo Ferrato (Costa Rei), allí dormimos en un camping con el mismo nombre. Dimos un bonito paseo por la playa, aunque el viento seguía soplando y llovió un poco, pero esto nos regaló un maravilloso arcoiris, ¿qué más se puede pedir?

El domingo fuimos a visitar Santa Maria Navarrese, un bonito pueblo costero, luego nos fuimos a la montaña a una zona llamada Baunei. Allí hicimos una excursión que empezó por un barranco pedregoso, siguió por una pasarela loca y continuó en altas paredes junto al mar, para terminar pasando por una zona de escaladores y de vuelta al principio. La verdad es que fue una excursión imporovisada y bastante sorprendente.

Aquella noche dormimos en Cala Gonone en un camping con el mismo nombre, cenamos bastante bien, es un pequeño pueblo turístico bastante amable. Por la mañana nos fuimos  a hacer un barranco seco el Codula Fuili y por la tarde cogimos un barquito que nos llevó a Cala Luna donde nos dimos un refrescante baño entre cuevas y volvimos dando un fantástico paseo.
Esta ruta de Cala Luna suele hacerse al revés, la gente va caminando y de vuelta coge el barquito. De camino hay unas grutas que se pueden visitar, la entrada se compra con la excursión en barco en el puerto de Cala Gonone. Os recomiendo una lancha rápida, se disfruta mucho más del trayecto y marea menos que los barcos grandes.

El martes por la mañana fuimos a buscar una cueva llamada Milenium, famosa entre los escaladores, pero no encontramos el acceso a ella, si tenéis la posibilidad de ir, dicen que es espectacular. Además hubo otra ferrata que se nos resistió la Isola Tavolara, como pan di zuchero esta es una vía que está en una isla y allí sólo se puede acceder en barco y no había disponibles por el clima. Así que cogimos nuestra furgo y decidimos darle un dia de fiesta. Nos fuimos al hotel Geovilage que está en Olbia, dejamos la furgo en el parking y nos dimos un homenaje en forma de cama gigante, ducha y spa, que una noche de vez en cuando ya se necesita...

El miercoles amaneció lloviendo, así que después del spa nos fuimos hacia Porto Cervo, que no os recomiendo, porque es una especie de centro comercial de pijos que sólo tiene tiendas caras y yates amarrados. Sin exagerar un café y un zumo os pueden costar unos 30 euros. Decidimos conducir hacia otro lugar Cannigione, el camping Isodula fue una buena sorpresa. Dimos un bonito paseo, aunque llovía, nos tomamos un café en un encantador lugar y allí pasamos la noche junto a la playa.

El jueves por la mañana nos fuimos a visitar Castelsardo, comimos allí y por la tarde fuimos en busca de la última vía ferrata que estaba cerrada por nidificacion de aves, así que cogimos nuestra furgo y nos fuimos a ver la maravillosa punta Stintino y la playa de la Pelosa. El lugar es muy bonito, pero al estar fuera de temporada, nos ocurrió como en otros lugares que no encontramos ningun sitio para dormir ni comprar ni comer, todo estaba cerrado. Así que nos fuimos a Porto Palma que esconde una maravillosa playa de las más vírgenes que he tenido el placer de encontrar, la playa de Argenteria. Allí dormimos y nos despertamos con el rugido de las olas, dimos un paseo y luego nos fuimos hacia Porto Torres.

Porto Torres es un pueblo portuario, pero no por eso deja de tener su encanto. La zona colindante con el puerto es bastante sosa, pero si te alejas, hay un bonito parque y un paseo junto al mar bastante largo. Si vais en ferry os recomiendo pasar allí algunas horas antes de ir al puerto.

Nuestro ferry salía por la mañana, así que nos fuimos a dormir con la furgo al parquing del puerto, donde había bastantes vehiculos más. Lo único malo es que el edificio de taquillas está cerrado y no hay lavabos. Aunque justo antes de entrar al puerto hay un bar que abre muy temprano y allí se puede desayunar y usar el baño.

Nuestro barco de vuelta salió el sábado por a mañana con el retraso habitual de los ferrys Grimaldi. Pero nos llevó sanos y salvos de vuelta a casa para seguir planeando viajes en la mejor compañía.

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